El año 2023 ha provocado incertidumbre y desconfianza en los empresarios, pues desde el gobierno, se han venido presentando una serie de proyectos de ley, algunos de los cuales, no han prosperado, sin embargo otros, han salido avante en el Legislativo y en la Corte Constitucional. Dentro de estos podemos destacar la Ley 2306 de 2023, sancionada el 31 de Julio, la cual estableció un precedente para la protección de las madres y su situación laboral frente al tiempo de lactancia, y los cuidados que necesitan los niños en sus primeros meses de vida.
Lo anterior, trajo consigo una gran cantidad de interrogantes en las compañías, ya que aún se evidencian las consecuencias a nivel económico ocasionadas por la crisis sanitaria que se atravesó desde el año 2020, y esto para las organizaciones, es una nueva variable a considerar dentro del plan estratégico.
En lo que respecta al sector empresarial, empieza un periplo de esfuerzos financieros, para darle cumplimiento a la recién sancionada Ley, y poder realizar cambios en sus instalaciones, reformas en políticas internas y reestructuración de jornadas, con el fin de poder satisfacer las eventuales necesidades del cargo de la madre.
Ahora bien la Ley 1823 de 2017, ya contemplaba en su literalidad, disposiciones para las empresas privadas en lo concerniente a beneficios para la madre lactante, sin embargo, limitaba su alcance, a aquellas que su capital fuera igual o superior a 1.500 SMLMV, o que tuvieran más de 50 trabajadoras; sustancialmente contrario a lo dispuesto por la Ley 2306, que deja un vacío exponencial, en virtud que no preceptúa requisitos o condiciones para estar obligado a la creación de las salas de lactancia; por tanto todas las empresas estarían obligadas, lo cual es un factor a tener presente, dado que aún no se vislumbra reglamentación por parte del Ministerio de Salud que permita llenar los vacíos y aclarar las dudas.
De la misma forma con esta Ley, se exige inicialmente al empleador, concederle durante los primeros seis meses de edad del niño, a la madre lactante, dos espacios de treinta minutos cada uno dentro de la jornada laboral, permitiéndole alimentar al menor. Una vez transcurrido ese periodo, la madre solo tendrá acceso a un descanso del mismo tiempo, hasta que el menor de edad cumpla dos años de vida.
Así las cosas, los empresarios se enfrentan a un nuevo desafío, que requiere que todos los integrantes del ecosistema laboral, tengan un lenguaje común en la búsqueda del bienestar de los niños, las madres lactantes y los intereses del empleador, que los incentiven a implementar las salas de lactancia, y evitar el riesgo de discriminación por causa de género, en el momento de selección del talento humano.